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2024.05.09 04:06 argenton-ca Vortex 31 - Revelando ser amante, Sindicato dos Cornos e Cuckold
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Edição: Joel Suke Ilustração da capa: Brann Sousa Processing img zqsa1j95q9zc1... A imagem é uma ilustração digital de estilo cartoon. Ela apresenta três pessoas adultas vestidas como vikings, sentados em um gramado verdejante. Ao fundo, uma grande tenda bege com detalhes em marrom e com chifres de boi na entrada. O nome "Vortex" está escrito em letras grandes na parte superior da imagem, com o número 31 abaixo. O gramado verde onde os vikings estão sentados possui algumas flores brancas. Os personagens principais são:
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2024.05.08 13:38 Dramatic-Ad-9720 Sou babaca por buscar especificamente por mulheres trans?
2024.05.08 11:32 ConcentrateSquare222 Relacionamentos
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2024.04.30 03:42 Frequent-Welder-9148 El Topo/ capítulo 5/ Carnero.-1
Gente mi novela va subiendo poco a poco, ayúdenme a crecer más aquí les dejo otro capítulo y si les gusta los invito a entrar al link submitted by Frequent-Welder-9148 to escribir [link] [comments] https://www.wattpad.com/story/253066776?utm_source=ios&utm_medium=link&utm_content=story_info&wp_page=story_details&wp_uname=Nefta18 Mi compañera, la silenciosa mucama, me guío por un pasillo que no conectaba con la habitación principal, me llevó a un elevador diferente al que había tomado para llegar allí. Me invitó a volver de nuevo y me despidió con un beso en la mejilla. El elevador tenía dos botones, uno decía lujuria y el otro Old forest, tomé el segundo. El ascenso fue más largo de lo que creí, solo podía pensar en una cosa, cuando la mucama me dio el beso, susurró algo que apenas y pude entender, ayúdame. El elevador me llevo asta una habitación de hotel, salí del lugar tan rápido como pude, ignoré a la recepcionista que también me invitó a volver. Me encontraba en Old forest y la noche ya estaba muy avanzada, no estaba muy lejos de mi departamento, podría llegar caminando en poco más de una hora. No avancé mucho cuando un auto se acercó a mi y abrió la ventana del conductor. —¿Quieres que te lleve?— era la despampanante chica de licras que acompañaba al asiático. —Tranquila, no estoy muy lejos y no me gustaría que te retrases en tus asuntos— le sonreí y seguí caminando. —Vamos, ¿Quieres que una niña linda como yo te ruegue?— se detuvo y me sonrió, no pude negarme de nuevo. —Voy a Sunshine Park, puedes dejarme frente a Donn Coffe’s, me gustaría comer algo antes de ir a dormir— Me relaje en el asiento. —Sabes... conozco un lugar en el que preparan las mejores hamburguesas de toda la ciudad, vamos yo invito— Se veía muy animada. —Gracias pero según el mayordomo del Limbo dure una semana en esas jaulas y necesito dormir en una cama de verdad— Noté que me ignoro totalmente y dio vuelta al auto alejándome más de Sunshien Park. No pasó mucho tiempo cuando noté que me llevaba directo a Diamond Beach. No solía frecuentar ese distrito, era demasiado alegre para mi estilo. Era un distrito dedicado únicamente a los gimnasios y a la marihuana. Las únicas llamadas a emergencias que provenían de allí era para reportar alguna pelea entre ebrios o alguna intoxicación por sobre dosis, solo otro día en el paraíso. Me llevó asta el extremo norte del distrito, el restaurante estaba en el primero de tres pisos, por como lucia el lugar parecía que jamás fue planeado para ser un restaurante sino una casa. Junto a la puerta principal estaba un letrero que decía “Prueba el reto de la abuela”. —¿De que va ese desafío?— Pregunte con curiosidad. —Es por comer una cubeta de alitas picantes en menos de media hora, el que lo logre tendrá un cupón válido por una cena gratis o algo así no lo recuerdo. —No suena muy complicado— Con un reto tan sencillo seguro más de una persona lo abría ganado. —La cubeta pesa tres kilos y medio— Supongo que pude haberme equivocado después de todo. El lugar estaba desértico. Nos sentamos en una mesa frente a la ventana y después de unos momentos una muchacha demasiado joven como para trabajar en una cafetería a esas horas salió de una puerta que supuse era la cocina. Se sonrió con Jessi y le pregunto si querría lo de siempre, Jessi solo asintió. Después de unos minutos nos llevaron un par de inmensas hamburguesas que expedían un aroma delicioso y al dejarlas en la mesa pude ver como el pan estaba empapado en grasa. —Luce... bien, siento que mis arterias se taparon de solo verla — Dije con sarcasmo sin dejar de sonreír. —Solo calla y come— Me contestó molesta. Ella tomo la suya y comenzó a comer. —Para lucir tan delgada y usar ese tipo de ropa deportiva te alimentas muy mal— Empuje mi comida al frente, a pesar de oler tan bien el exceso de grasa me causaba arcadas. —Me puedo cumplir un antojo de vez en cuando, cosa que no es asunto tuyo— Lucia más exasperada. —Vallamos al grano, no me invitaste a comer solo por tu buena voluntad— Con eso logré llamar su atención. —¿Qué te hace creer eso?— Bajo su hamburguesa y se cruzó de brazos. —Por que tu novio me envío a sabotear a otro “gerente” del infierno. Solo puedo pensar en dos escenarios; uno en el que tú trabajas para la gerente de lujuria y no puedes permitir que suceda un desastre en ese lugar, o el segundo, en el cual tu eres muy unida a tu novio y solo quieres estar segura de que cumpliré con mi parte del trato o si no me eliminaras— Se veía muy nerviosa sin duda había acertado en algo —Entonces... solo tengo una pregunta, ¿Qué pinto yo en todo esto?. —Tratas de aparentar ser más listo de lo que realmente eres, ¿No es así, detective?— Comenzó a golpear la mesa con los dedos —Debo reconocerlo, por un segundo creí que me habías atrapado, pero estás muy equivocado, yo jamás trabajaría para esa zorra europea y Dorei no es mi novio y no le tengo ninguna especie de lealtad ni nada similar— Lucia divertida. Comenzó a darme frió. —Pero debo darte crédito en una sola cosa, acertaste al decir que te eliminaré si no haces lo que quiero— Se recargo al frente y clavo su mirada en mi. Enterró la uña de su dedo índice en mi hamburguesa y pude ver como se congelaba a gran velocidad, casi instantáneamente, unas gotas de sudor escurrieron por su rostro. —¿Se supone que eso era para intimidarme— Era obvio que ese era un milagro, no era ni el primero que presenciaba ni el más intimidante —Aunque tú “no novio” le dijo a Dago que no había más personas con poderes rondando libremente nosotros sabemos que eso es una gran mentirá, quien nos envío a su agujero mierdero fue alguien con muchísimo poder, lo conocen como el pastor Goodman— Pude notar como se puso nerviosa con solo escuchar ese nombre —¿Te suena de algo. —Ese anciano no es nada comparado conmigo— Contestó volviendo en si. Volví a sentir frío pero con una intensidad mucho mayor, la ventana estaba congelada, pero no solo el cristal, fuera del local, podía ver algunos autos que circulaban la calle, ahora estaban congelados, y no solo los autos, era como si la ciudad se hubiera congelado, Jessi comenzó a sudar de manera exagerada. —Como puedes ver, ni el viejo ni ese perdedor de Dago podrían conmigo aun si trabajaran juntos para lograrlo— Se veía acalorada aunque yo me estaba congelando. —Bien, supongo que ya no puedo negociar— Me rendí con la intención de hacerla sentir con poder. —Ya lo entendiste entonces— Me sonrió. Deje de sentir frío y fue como si la ciudad volviera a la vida, los autos volvieron a moverse. —Si ya vas a obedecer entonces por favor, come— En ese momento la mesera volvió, traía otra grasienta hamburguesa y esta vez si la mordí. —Listo, ¿Alguna otra petición?— Traté de sonar sarcástico pero estaba demasiado tenso. —Con eso es suficiente, nos vemos mañana— Se levantó y entró por la puerta que daba a la cocina dejándome allí sentado, solo. Traté de levantarme pero me sentía muy cansado, solo quería dormir. Pude verlas, no sabría decir si fue un sueño o no, pero las vi a pesar de estar las luces apagadas, el pequeño local paso de estar vacío a no poder permitirse un alma más en cuestión de segundos, todas mujeres, no sabía que me inquietaba más, el que todas estuvieran rodeándome totalmente estáticas o que mi cuerpo estaba paralizado, traté de gritar pero no salía ni un solo sonido de mi boca, lo último que vi fue a una mujer con sobrepeso asomar su cabeza por la puerta de la cocina. Un fuerte dolor de cabeza causado por la resaca fue lo que me despertó. No recordaba haber bebido demasiado pero jamás había probado el oso carmesí; tal vez fue más de lo que mi cuerpo pudo soportar. Ya había amanecido y la ciudad ya estaba muy activa, antes de poder pensar en salir del lugar una mujer morena de edad avanzada salió de la cocina para pedirme que no me retirara y espere a que el desayuno estuviera listo. Espere a que volviera a la cocina para irme pero al intentar levantarme sentí que me había pegado al suelo, como si me hubiese vuelto parte de él. No pasó mucho tiempo cuando esa mujer salió de la cocina jalando un carrito de cinco niveles repletos de comida, suficiente como para alimentar a una docena de personas. El aroma que desprendía era tan embriagante que olvide por completo que no podía levantarme y para cuando lo noté ya estaba de pie. Sirvió tres platos en mi mesa y se sentó junto a mí, el resto de la comida la dejó en el carrito. —Anda come no seas tímido— Me invito con amabilidad. Algo en ella me tranquilizaba y a decir verdad abría sido una pena que esa comida se desperdiciará. —Es una cocinera increíble, pero, no se si tendré dinero para pagar por esto— Me negué con obvias intenciones de intentar comer gratis. —Descuida hijo, mi madre me enseñó que dónde come uno pueden comer dos— Logre mi cometido —Y en este caso donde comen quince pueden comer dieciséis, no podría echarte a la calle sin saber que estás bien— Se comporto amable conmigo y comenzó a comer. —Es muy amable señora...— Le agradecí y quise continuar con mi jueguito de modestia y amabilidad cuando me interrumpió. —Solo dime Mama— Dijo con una cálida sonrisa. —¿Mamá?— Conteste algo confundido. —No, Mama— Recalcó la negra y algo pasada de peso cocinera. Trataba de ocultar mi incomodidad pero no me era nada fácil y el echo de que Mama fuese tan amable conmigo solo me hacía sentir peor. —Cuando recibí a la primera de mis niñas aquí tenía un ligero problema para hablar— Me explicó la obesa mujer —Nada grave pero no podía pronunciar bien algunas palabras, solía llamarme Mama y mientras llegaban más niñas a mi puerta comenzaron a llamarme igual, pronto todos en el distrito me conocían como Mama. —Bueno, yo no tengo una gran historia para tener un apodo pero si tengo nombre, soy Moe— Me presente y le tendí la mano en señal de saludo. La puerta de la cocina se abrió y un gran grupo de mujeres y niñas salieron de ella, se sentaron y comieron rápido, nunca imaginé que toda esa comida podría desaparecer en tan poco tiempo, todas salieron corriendo por la puerta apenas despidiéndose de Mama. —Esas son mis niñas— Dijo Mama con cierto orgullo en su voz. —De no ser por qué la mayor me ayuda con el que hacer no sabría cómo lidiar con todo este desastre— La vieja cocinera reía mientras hablaba. —Parecen ser niñas muy encantadoras— La interrumpí —¿Todas provienen de Rat Hole Royal, o las recoge de algún otro lado?— Su semblante cambió. En mi tiempo como policía descubrí que todos los huérfanos y vagabundos acudían a ese distrito, claro que había otros vagando por aquí y por allá pero ese distrito los atraía por alguna extraña razón, algunos pensábamos que habría algún culto religioso que les prometiera protección a cambio de hacer algunos robos pero jamás pudimos encontrar ningún indicio de ello, sospechamos mucho tiempo de la monja pero ella tenía su propio grupo de devotos seguidores en Grey Cloud, al final no tenía sentido tener un grupo de ciegos seguidores y dejarlos desamparados, no parecía ser el estilo de la monja. —Ya se lo dije, llegaron por sí mismas a mi puerta— Desvió su mirada para contestar. Sin duda alguna ocultaba algo. —Claro que si, pero al menos la primera tuvo que ser traída por usted, así ella podría haber llamado a otra y esa a su vez a otra, como si fuesen un dominó— Trate se sonar lo más amable que me fuese posible, claro que la falta de sueño no me ayudaba. —No pareces muy listo pero es obvio que no dejas pasar ningún detalle— Estaba molesta —Tienes razón, no debería ser algo que te importe después de todo pero así es, yo conocí a mi hija mayor un día en la iglesia, ¿Usted es un hombre de Dios?. —¿De que Dios estamos hablando?— No podía permitirme molestarla más, eso podría decidir si ella hablaría o no. —Del único Dios por supuesto— Solo un grupo religioso se refería a su Dios de ese modo. —¿Se refiere al Portador de Luz?. —¿Entonces lo eres?— Una gran sonrisa iluminó su rostro que solo se obscureció al escuchar mi respuesta. —No, pero como detective debo de estar muy bien informado de los grupos más problemáticos de la ciudad y ellos están en mi top tres de alborotadores— No me di cuenta de lo que dije asta que las palabras salieron de mi boca. No es mi intención faltarle al respeto después de darme techo y comida, pero ese es mi modo de ver el mundo, solo existen alborotadores y víctimas— Por algún motivo no pude contener mi lengua, por supuesto que la había ofendido pero no pude evitar sincerarme con ella. —Bueno, mi madre decía que cada cabeza es un mundo y no soy nadie para desmentir a mi madre— No parecía habérselo tomado mal. —Bueno como le decía, yo conocí a la mayor de mis hijas durante una misa... Esa pobre niña... No podía tener más de cinco años... Apenas y podía hablar— La mujer se puso melancólica —Entró al salón pidiendo un poco de comida, todos se hacían de la vista gorda y de oídos sordos... Todos esos falsos seguidores— Eso último lo dijo como si fuese un insulto —Pero yo no soy como ellos— Y eso con mucho orgullo —Mi madre no crió una hipócrita, seguí las lecciones del profeta y le ayudé, ¿Alguna vez escucho la historia de los cuatro profetas?— De nuevo me interrogaba, podría apostar a que era psicóloga. —¿El cuento de los dragones? Lo conozco pero jamás lo e estudiado, lo veo como un cuento para niños— volvió a fruncir el ceño. —Si, el “cuento” de los dragones— Sacudió la cabeza y retomó la sonrisa —Uno de ellos fue un profeta del Dios verdadero, era una chiquilla que provenía de un sitio muy humilde, pasó mucho años alejada del camino correcto asta que encontró la luz y su devoción al profeta fue tanta que fue seleccionada por el portador de luz como su próxima profeta y le dio el poder para luchar en la última gran guerra antes de la gran era ártica. ¿Cómo podría saber yo que no estaba ante la próxima profeta? Tal vez por eso fue puesta en mi camino, la tomé de la mano y la traje aquí a comer, le di un baño y le di ropas nuevas, le dejé dormir en una habitación pero por la noche escapó por la ventana, volvió al día siguiente para la cena y eso se volvió en nuestra rutina durante diez años. Ella jamás se quedaba una noche entera— Soltó una leve risa y continuó con su relato —Un día noté que me faltaba un uniforme de mesera y llegó más temprano mientras aún había clientes, tenia el uniforme puesto y me dijo que quería pagar su deuda conmigo, esa noche comenzó a ayudarme como mesera, después llegó con otra chica que también quería trabajo. Poco a poco llegaron más y más, ya teníamos la ayuda suficiente pero seguían llegando, decidí adoptarlas y las metí a la escuela, las mayores me ayudaban en el restaurante y las pequeñas estudiaban. Tenía tres mesera que eran como las madres de las niñas, no tuve corazón para cerrarles mis puertas. Apenas termino su historia una chica más salió por la puerta de la cocina, se sentó junto a nosotros, no había notado quien era por estar bobeando viendo la lencería que vestía a modo de pijama, no fue asta que se apartó el cabello de la cara que la reconocí, era Jessi, la hija mayor era la provocativa asistente de Dorei. —Buen día Mama— Le dio un beso en la mejilla y la abrazó, tomo uno de los platos que Mama había servido y empezó a comer. —Con que sigues vivo— Jessi dirigió a mi —Apestabas tanto a alcohol que pensé que morirías dormido— Dijo entre risas. —Supongo que fue culpa de esa cosa corriente que me dieron en... — Jessi me pateo por debajo de la mesa, capté su mensaje de inmediato —En ese restaurante de comida china, deberían cerrar esa pocilga. —¿Donde recogiste a nuestro invitado?— Mama clavo su mirada en Jessi. —Estaba caminando en círculos en Old forest, demasiado ebrio, supuse que si no lo traía aquí lo matarían las pandillas— Jessi actuó con normalidad sin mostrarse nerviosa. —Les agradezco por su amabilidad pero tengo que irme— Me levante de la mesa y les sonreí. —O por favor espera un poco más— Mamá me tomo del brazo con amabilidad y me sentó de nuevo —Jessi puede llevarte, solo dale algo de tiempo para arreglarse, mientras podemos seguir charlando— No supe cómo negarme. Jessi termino su comida y volvió a irse, dijo que volvería en diez minutos, Mama fue a la cocina y volvió con un par de tazas de café, bebí el mío de golpe sin pensarlo y no fue asta que lo termine que noté que Mama no había tocado el suyo. —Bien, ahora que as comido y bebido té are algunas preguntas— Dijo cruzándose de brazos. —Contestare todo lo que me pidas — Mi boca se movió por sí sola, traté de levantarme pero mi cuerpo no respondía tal como había sucedido en el sueño que tuve. —Apestas a oso carmesí, no es nada fácil conseguir ese tipo de vodka... ¿Me puedes decir dónde lo conseguiste?— Me sonrió con amabilidad. —En el club lujuria— Traté de contenerme pero mi boca se movía sola. —¿Qué estabas haciendo allí? No pareces el tipo de persona que busca ese tipo de diversión— Por su expresión facial podría apostar que yo no era el primero al que ella le hacía esto. —Fui por trabajo— Quería morderme la lengua por desesperación pero mi boca actuaba sola. —¿Para quién trabajas?— Seguía sonriendo. —Soy un detective libre, pero me relacioné con personas muy peligrosas, un sujeto extraño, Sebastian, mi último trabajo fue para él— Aunque ya había notado que era inútil no podía dejar de esforzarme por resistirme. —¿El te envío a ese club?. —No, él me pidió que le ayudara a secuestrar a un grupo de pandilleros, o eso quiero pensar que eran— Comencé a sudar por el esfuerzo mental que hacía por controlarme. —¿Como se relaciona eso con el club?— Me seco el sudor. —En nada, alguien nos vio y nos delataron con el pastor Goodman— Sentía que las venas en mi cuello comenzaban a hincharse por mi esfuerzo. —¿Nos?— Arqueó las cejas. —A mi y a Dago. —¿Trabajas con ese sujeto!— Soltó una carcajada. —Fue mi compañero para el trabajo, ahora estoy obligado a colaborar con el— Me di por vencido con resistirme. —¿Ese viejo cascarrabias de Goodman los volvió parte de su grupo de lobos?— Se veía fascinada por lo que había descubierto. —No, solo quiere que hagamos un trabajo de sicarios para el— Mi mente estaba en blanco, sea lo que sea que me pasara yo ya había perdido. —¿Podrías contarme un poco más?— Entrelazó los dedos y se acercó a mi —El pastor dice que en una de sus visiones pudo ver el fin de esta era y el comienzo de una nueva, sería iniciada por un sujeto llamado William, según sus visiones él frecuenta mucho ese club, por eso fuimos a buscarlo allí, nuestro trabajo es acecinarlo antes de que cause el fin de esta era. —¿Su trabajo es acecinar a un pobre muchacho que aún no a pecado?— Parecía sorprendida. —No puedo asegurar que sea un santo, pero si, el trabajo es ir a eliminar a alguien para evitar una catástrofe. —Supongo que esa es una forma muy diferente de verlo— Solo sacudió la cabeza. En ese momento Jessi salió por la puerta y para ser sincero el pequeño conjunto de mini falda y escote no era muy diferente de su lencería. Mama bebió su café de un solo sorbo y sentí como recuperaba el control de mi cuerpo —Mi niña, ¿Podrías pasar con Chester de regreso y darle esto?— Alcance a ver lo que parecía ser un alhajero. —Si Mama, solo terminaré con un asunto y después iré a ver a mi tío, ¿Debería llevarle más medicamentos? Bueno no importa sin duda está bien— Me dirigió la mirada con una sonrisa de oreja a oreja —¿Nos vamos guapo? Sonó las llaves de su auto en mi oído y mi cuerpo reaccionó por si solo siguiéndola. Después de una hora de completo silencio interrumpido solo por alguna pregunta ocasional para saber qué camino tomar termine por llegar a mi departamento un par de horas antes del mediodía, baje del auto apenas nos despedimos. Solo quería encontrarme con mi cama y el resto de la botella de oso carmesí, mis planes fueron interrumpidos por dos cosas, la primera fue que olvidé que una vagabunda estaba alojada en mi casa, y la segunda, un estupido sobre que aún seguía sellado estaba en mi bolsillo. |
2024.04.30 03:39 Frequent-Welder-9148 El Topo/ capítulo 5/ Carnero.-1
Gente mi novela va subiendo poco a poco, ayúdenme a crecer más aquí les dejo otro capítulo y si les gusta los invito a entrar al link submitted by Frequent-Welder-9148 to Wattpad_Espanol [link] [comments] https://www.wattpad.com/story/253066776?utm_source=ios&utm_medium=link&utm_content=story_info&wp_page=story_details&wp_uname=Nefta18 Mi compañera, la silenciosa mucama, me guío por un pasillo que no conectaba con la habitación principal, me llevó a un elevador diferente al que había tomado para llegar allí. Me invitó a volver de nuevo y me despidió con un beso en la mejilla. El elevador tenía dos botones, uno decía lujuria y el otro Old forest, tomé el segundo. El ascenso fue más largo de lo que creí, solo podía pensar en una cosa, cuando la mucama me dio el beso, susurró algo que apenas y pude entender, ayúdame. El elevador me llevo asta una habitación de hotel, salí del lugar tan rápido como pude, ignoré a la recepcionista que también me invitó a volver. Me encontraba en Old forest y la noche ya estaba muy avanzada, no estaba muy lejos de mi departamento, podría llegar caminando en poco más de una hora. No avancé mucho cuando un auto se acercó a mi y abrió la ventana del conductor. —¿Quieres que te lleve?— era la despampanante chica de licras que acompañaba al asiático. —Tranquila, no estoy muy lejos y no me gustaría que te retrases en tus asuntos— le sonreí y seguí caminando. —Vamos, ¿Quieres que una niña linda como yo te ruegue?— se detuvo y me sonrió, no pude negarme de nuevo. —Voy a Sunshine Park, puedes dejarme frente a Donn Coffe’s, me gustaría comer algo antes de ir a dormir— Me relaje en el asiento. —Sabes... conozco un lugar en el que preparan las mejores hamburguesas de toda la ciudad, vamos yo invito— Se veía muy animada. —Gracias pero según el mayordomo del Limbo dure una semana en esas jaulas y necesito dormir en una cama de verdad— Noté que me ignoro totalmente y dio vuelta al auto alejándome más de Sunshien Park. No pasó mucho tiempo cuando noté que me llevaba directo a Diamond Beach. No solía frecuentar ese distrito, era demasiado alegre para mi estilo. Era un distrito dedicado únicamente a los gimnasios y a la marihuana. Las únicas llamadas a emergencias que provenían de allí era para reportar alguna pelea entre ebrios o alguna intoxicación por sobre dosis, solo otro día en el paraíso. Me llevó asta el extremo norte del distrito, el restaurante estaba en el primero de tres pisos, por como lucia el lugar parecía que jamás fue planeado para ser un restaurante sino una casa. Junto a la puerta principal estaba un letrero que decía “Prueba el reto de la abuela”. —¿De que va ese desafío?— Pregunte con curiosidad. —Es por comer una cubeta de alitas picantes en menos de media hora, el que lo logre tendrá un cupón válido por una cena gratis o algo así no lo recuerdo. —No suena muy complicado— Con un reto tan sencillo seguro más de una persona lo abría ganado. —La cubeta pesa tres kilos y medio— Supongo que pude haberme equivocado después de todo. El lugar estaba desértico. Nos sentamos en una mesa frente a la ventana y después de unos momentos una muchacha demasiado joven como para trabajar en una cafetería a esas horas salió de una puerta que supuse era la cocina. Se sonrió con Jessi y le pregunto si querría lo de siempre, Jessi solo asintió. Después de unos minutos nos llevaron un par de inmensas hamburguesas que expedían un aroma delicioso y al dejarlas en la mesa pude ver como el pan estaba empapado en grasa. —Luce... bien, siento que mis arterias se taparon de solo verla — Dije con sarcasmo sin dejar de sonreír. —Solo calla y come— Me contestó molesta. Ella tomo la suya y comenzó a comer. —Para lucir tan delgada y usar ese tipo de ropa deportiva te alimentas muy mal— Empuje mi comida al frente, a pesar de oler tan bien el exceso de grasa me causaba arcadas. —Me puedo cumplir un antojo de vez en cuando, cosa que no es asunto tuyo— Lucia más exasperada. —Vallamos al grano, no me invitaste a comer solo por tu buena voluntad— Con eso logré llamar su atención. —¿Qué te hace creer eso?— Bajo su hamburguesa y se cruzó de brazos. —Por que tu novio me envío a sabotear a otro “gerente” del infierno. Solo puedo pensar en dos escenarios; uno en el que tú trabajas para la gerente de lujuria y no puedes permitir que suceda un desastre en ese lugar, o el segundo, en el cual tu eres muy unida a tu novio y solo quieres estar segura de que cumpliré con mi parte del trato o si no me eliminaras— Se veía muy nerviosa sin duda había acertado en algo —Entonces... solo tengo una pregunta, ¿Qué pinto yo en todo esto?. —Tratas de aparentar ser más listo de lo que realmente eres, ¿No es así, detective?— Comenzó a golpear la mesa con los dedos —Debo reconocerlo, por un segundo creí que me habías atrapado, pero estás muy equivocado, yo jamás trabajaría para esa zorra europea y Dorei no es mi novio y no le tengo ninguna especie de lealtad ni nada similar— Lucia divertida. Comenzó a darme frió. —Pero debo darte crédito en una sola cosa, acertaste al decir que te eliminaré si no haces lo que quiero— Se recargo al frente y clavo su mirada en mi. Enterró la uña de su dedo índice en mi hamburguesa y pude ver como se congelaba a gran velocidad, casi instantáneamente, unas gotas de sudor escurrieron por su rostro. —¿Se supone que eso era para intimidarme— Era obvio que ese era un milagro, no era ni el primero que presenciaba ni el más intimidante —Aunque tú “no novio” le dijo a Dago que no había más personas con poderes rondando libremente nosotros sabemos que eso es una gran mentirá, quien nos envío a su agujero mierdero fue alguien con muchísimo poder, lo conocen como el pastor Goodman— Pude notar como se puso nerviosa con solo escuchar ese nombre —¿Te suena de algo. —Ese anciano no es nada comparado conmigo— Contestó volviendo en si. Volví a sentir frío pero con una intensidad mucho mayor, la ventana estaba congelada, pero no solo el cristal, fuera del local, podía ver algunos autos que circulaban la calle, ahora estaban congelados, y no solo los autos, era como si la ciudad se hubiera congelado, Jessi comenzó a sudar de manera exagerada. —Como puedes ver, ni el viejo ni ese perdedor de Dago podrían conmigo aun si trabajaran juntos para lograrlo— Se veía acalorada aunque yo me estaba congelando. —Bien, supongo que ya no puedo negociar— Me rendí con la intención de hacerla sentir con poder. —Ya lo entendiste entonces— Me sonrió. Deje de sentir frío y fue como si la ciudad volviera a la vida, los autos volvieron a moverse. —Si ya vas a obedecer entonces por favor, come— En ese momento la mesera volvió, traía otra grasienta hamburguesa y esta vez si la mordí. —Listo, ¿Alguna otra petición?— Traté de sonar sarcástico pero estaba demasiado tenso. —Con eso es suficiente, nos vemos mañana— Se levantó y entró por la puerta que daba a la cocina dejándome allí sentado, solo. Traté de levantarme pero me sentía muy cansado, solo quería dormir. Pude verlas, no sabría decir si fue un sueño o no, pero las vi a pesar de estar las luces apagadas, el pequeño local paso de estar vacío a no poder permitirse un alma más en cuestión de segundos, todas mujeres, no sabía que me inquietaba más, el que todas estuvieran rodeándome totalmente estáticas o que mi cuerpo estaba paralizado, traté de gritar pero no salía ni un solo sonido de mi boca, lo último que vi fue a una mujer con sobrepeso asomar su cabeza por la puerta de la cocina. Un fuerte dolor de cabeza causado por la resaca fue lo que me despertó. No recordaba haber bebido demasiado pero jamás había probado el oso carmesí; tal vez fue más de lo que mi cuerpo pudo soportar. Ya había amanecido y la ciudad ya estaba muy activa, antes de poder pensar en salir del lugar una mujer morena de edad avanzada salió de la cocina para pedirme que no me retirara y espere a que el desayuno estuviera listo. Espere a que volviera a la cocina para irme pero al intentar levantarme sentí que me había pegado al suelo, como si me hubiese vuelto parte de él. No pasó mucho tiempo cuando esa mujer salió de la cocina jalando un carrito de cinco niveles repletos de comida, suficiente como para alimentar a una docena de personas. El aroma que desprendía era tan embriagante que olvide por completo que no podía levantarme y para cuando lo noté ya estaba de pie. Sirvió tres platos en mi mesa y se sentó junto a mí, el resto de la comida la dejó en el carrito. —Anda come no seas tímido— Me invito con amabilidad. Algo en ella me tranquilizaba y a decir verdad abría sido una pena que esa comida se desperdiciará. —Es una cocinera increíble, pero, no se si tendré dinero para pagar por esto— Me negué con obvias intenciones de intentar comer gratis. —Descuida hijo, mi madre me enseñó que dónde come uno pueden comer dos— Logre mi cometido —Y en este caso donde comen quince pueden comer dieciséis, no podría echarte a la calle sin saber que estás bien— Se comporto amable conmigo y comenzó a comer. —Es muy amable señora...— Le agradecí y quise continuar con mi jueguito de modestia y amabilidad cuando me interrumpió. —Solo dime Mama— Dijo con una cálida sonrisa. —¿Mamá?— Conteste algo confundido. —No, Mama— Recalcó la negra y algo pasada de peso cocinera. Trataba de ocultar mi incomodidad pero no me era nada fácil y el echo de que Mama fuese tan amable conmigo solo me hacía sentir peor. —Cuando recibí a la primera de mis niñas aquí tenía un ligero problema para hablar— Me explicó la obesa mujer —Nada grave pero no podía pronunciar bien algunas palabras, solía llamarme Mama y mientras llegaban más niñas a mi puerta comenzaron a llamarme igual, pronto todos en el distrito me conocían como Mama. —Bueno, yo no tengo una gran historia para tener un apodo pero si tengo nombre, soy Moe— Me presente y le tendí la mano en señal de saludo. La puerta de la cocina se abrió y un gran grupo de mujeres y niñas salieron de ella, se sentaron y comieron rápido, nunca imaginé que toda esa comida podría desaparecer en tan poco tiempo, todas salieron corriendo por la puerta apenas despidiéndose de Mama. —Esas son mis niñas— Dijo Mama con cierto orgullo en su voz. —De no ser por qué la mayor me ayuda con el que hacer no sabría cómo lidiar con todo este desastre— La vieja cocinera reía mientras hablaba. —Parecen ser niñas muy encantadoras— La interrumpí —¿Todas provienen de Rat Hole Royal, o las recoge de algún otro lado?— Su semblante cambió. En mi tiempo como policía descubrí que todos los huérfanos y vagabundos acudían a ese distrito, claro que había otros vagando por aquí y por allá pero ese distrito los atraía por alguna extraña razón, algunos pensábamos que habría algún culto religioso que les prometiera protección a cambio de hacer algunos robos pero jamás pudimos encontrar ningún indicio de ello, sospechamos mucho tiempo de la monja pero ella tenía su propio grupo de devotos seguidores en Grey Cloud, al final no tenía sentido tener un grupo de ciegos seguidores y dejarlos desamparados, no parecía ser el estilo de la monja. —Ya se lo dije, llegaron por sí mismas a mi puerta— Desvió su mirada para contestar. Sin duda alguna ocultaba algo. —Claro que si, pero al menos la primera tuvo que ser traída por usted, así ella podría haber llamado a otra y esa a su vez a otra, como si fuesen un dominó— Trate se sonar lo más amable que me fuese posible, claro que la falta de sueño no me ayudaba. —No pareces muy listo pero es obvio que no dejas pasar ningún detalle— Estaba molesta —Tienes razón, no debería ser algo que te importe después de todo pero así es, yo conocí a mi hija mayor un día en la iglesia, ¿Usted es un hombre de Dios?. —¿De que Dios estamos hablando?— No podía permitirme molestarla más, eso podría decidir si ella hablaría o no. —Del único Dios por supuesto— Solo un grupo religioso se refería a su Dios de ese modo. —¿Se refiere al Portador de Luz?. —¿Entonces lo eres?— Una gran sonrisa iluminó su rostro que solo se obscureció al escuchar mi respuesta. —No, pero como detective debo de estar muy bien informado de los grupos más problemáticos de la ciudad y ellos están en mi top tres de alborotadores— No me di cuenta de lo que dije asta que las palabras salieron de mi boca. No es mi intención faltarle al respeto después de darme techo y comida, pero ese es mi modo de ver el mundo, solo existen alborotadores y víctimas— Por algún motivo no pude contener mi lengua, por supuesto que la había ofendido pero no pude evitar sincerarme con ella. —Bueno, mi madre decía que cada cabeza es un mundo y no soy nadie para desmentir a mi madre— No parecía habérselo tomado mal. —Bueno como le decía, yo conocí a la mayor de mis hijas durante una misa... Esa pobre niña... No podía tener más de cinco años... Apenas y podía hablar— La mujer se puso melancólica —Entró al salón pidiendo un poco de comida, todos se hacían de la vista gorda y de oídos sordos... Todos esos falsos seguidores— Eso último lo dijo como si fuese un insulto —Pero yo no soy como ellos— Y eso con mucho orgullo —Mi madre no crió una hipócrita, seguí las lecciones del profeta y le ayudé, ¿Alguna vez escucho la historia de los cuatro profetas?— De nuevo me interrogaba, podría apostar a que era psicóloga. —¿El cuento de los dragones? Lo conozco pero jamás lo e estudiado, lo veo como un cuento para niños— volvió a fruncir el ceño. —Si, el “cuento” de los dragones— Sacudió la cabeza y retomó la sonrisa —Uno de ellos fue un profeta del Dios verdadero, era una chiquilla que provenía de un sitio muy humilde, pasó mucho años alejada del camino correcto asta que encontró la luz y su devoción al profeta fue tanta que fue seleccionada por el portador de luz como su próxima profeta y le dio el poder para luchar en la última gran guerra antes de la gran era ártica. ¿Cómo podría saber yo que no estaba ante la próxima profeta? Tal vez por eso fue puesta en mi camino, la tomé de la mano y la traje aquí a comer, le di un baño y le di ropas nuevas, le dejé dormir en una habitación pero por la noche escapó por la ventana, volvió al día siguiente para la cena y eso se volvió en nuestra rutina durante diez años. Ella jamás se quedaba una noche entera— Soltó una leve risa y continuó con su relato —Un día noté que me faltaba un uniforme de mesera y llegó más temprano mientras aún había clientes, tenia el uniforme puesto y me dijo que quería pagar su deuda conmigo, esa noche comenzó a ayudarme como mesera, después llegó con otra chica que también quería trabajo. Poco a poco llegaron más y más, ya teníamos la ayuda suficiente pero seguían llegando, decidí adoptarlas y las metí a la escuela, las mayores me ayudaban en el restaurante y las pequeñas estudiaban. Tenía tres mesera que eran como las madres de las niñas, no tuve corazón para cerrarles mis puertas. Apenas termino su historia una chica más salió por la puerta de la cocina, se sentó junto a nosotros, no había notado quien era por estar bobeando viendo la lencería que vestía a modo de pijama, no fue asta que se apartó el cabello de la cara que la reconocí, era Jessi, la hija mayor era la provocativa asistente de Dorei. —Buen día Mama— Le dio un beso en la mejilla y la abrazó, tomo uno de los platos que Mama había servido y empezó a comer. —Con que sigues vivo— Jessi dirigió a mi —Apestabas tanto a alcohol que pensé que morirías dormido— Dijo entre risas. —Supongo que fue culpa de esa cosa corriente que me dieron en... — Jessi me pateo por debajo de la mesa, capté su mensaje de inmediato —En ese restaurante de comida china, deberían cerrar esa pocilga. —¿Donde recogiste a nuestro invitado?— Mama clavo su mirada en Jessi. —Estaba caminando en círculos en Old forest, demasiado ebrio, supuse que si no lo traía aquí lo matarían las pandillas— Jessi actuó con normalidad sin mostrarse nerviosa. —Les agradezco por su amabilidad pero tengo que irme— Me levante de la mesa y les sonreí. —O por favor espera un poco más— Mamá me tomo del brazo con amabilidad y me sentó de nuevo —Jessi puede llevarte, solo dale algo de tiempo para arreglarse, mientras podemos seguir charlando— No supe cómo negarme. Jessi termino su comida y volvió a irse, dijo que volvería en diez minutos, Mama fue a la cocina y volvió con un par de tazas de café, bebí el mío de golpe sin pensarlo y no fue asta que lo termine que noté que Mama no había tocado el suyo. —Bien, ahora que as comido y bebido té are algunas preguntas— Dijo cruzándose de brazos. —Contestare todo lo que me pidas — Mi boca se movió por sí sola, traté de levantarme pero mi cuerpo no respondía tal como había sucedido en el sueño que tuve. —Apestas a oso carmesí, no es nada fácil conseguir ese tipo de vodka... ¿Me puedes decir dónde lo conseguiste?— Me sonrió con amabilidad. —En el club lujuria— Traté de contenerme pero mi boca se movía sola. —¿Qué estabas haciendo allí? No pareces el tipo de persona que busca ese tipo de diversión— Por su expresión facial podría apostar que yo no era el primero al que ella le hacía esto. —Fui por trabajo— Quería morderme la lengua por desesperación pero mi boca actuaba sola. —¿Para quién trabajas?— Seguía sonriendo. —Soy un detective libre, pero me relacioné con personas muy peligrosas, un sujeto extraño, Sebastian, mi último trabajo fue para él— Aunque ya había notado que era inútil no podía dejar de esforzarme por resistirme. —¿El te envío a ese club?. —No, él me pidió que le ayudara a secuestrar a un grupo de pandilleros, o eso quiero pensar que eran— Comencé a sudar por el esfuerzo mental que hacía por controlarme. —¿Como se relaciona eso con el club?— Me seco el sudor. —En nada, alguien nos vio y nos delataron con el pastor Goodman— Sentía que las venas en mi cuello comenzaban a hincharse por mi esfuerzo. —¿Nos?— Arqueó las cejas. —A mi y a Dago. —¿Trabajas con ese sujeto!— Soltó una carcajada. —Fue mi compañero para el trabajo, ahora estoy obligado a colaborar con el— Me di por vencido con resistirme. —¿Ese viejo cascarrabias de Goodman los volvió parte de su grupo de lobos?— Se veía fascinada por lo que había descubierto. —No, solo quiere que hagamos un trabajo de sicarios para el— Mi mente estaba en blanco, sea lo que sea que me pasara yo ya había perdido. —¿Podrías contarme un poco más?— Entrelazó los dedos y se acercó a mi —El pastor dice que en una de sus visiones pudo ver el fin de esta era y el comienzo de una nueva, sería iniciada por un sujeto llamado William, según sus visiones él frecuenta mucho ese club, por eso fuimos a buscarlo allí, nuestro trabajo es acecinarlo antes de que cause el fin de esta era. —¿Su trabajo es acecinar a un pobre muchacho que aún no a pecado?— Parecía sorprendida. —No puedo asegurar que sea un santo, pero si, el trabajo es ir a eliminar a alguien para evitar una catástrofe. —Supongo que esa es una forma muy diferente de verlo— Solo sacudió la cabeza. En ese momento Jessi salió por la puerta y para ser sincero el pequeño conjunto de mini falda y escote no era muy diferente de su lencería. Mama bebió su café de un solo sorbo y sentí como recuperaba el control de mi cuerpo —Mi niña, ¿Podrías pasar con Chester de regreso y darle esto?— Alcance a ver lo que parecía ser un alhajero. —Si Mama, solo terminaré con un asunto y después iré a ver a mi tío, ¿Debería llevarle más medicamentos? Bueno no importa sin duda está bien— Me dirigió la mirada con una sonrisa de oreja a oreja —¿Nos vamos guapo? Sonó las llaves de su auto en mi oído y mi cuerpo reaccionó por si solo siguiéndola. Después de una hora de completo silencio interrumpido solo por alguna pregunta ocasional para saber qué camino tomar termine por llegar a mi departamento un par de horas antes del mediodía, baje del auto apenas nos despedimos. Solo quería encontrarme con mi cama y el resto de la botella de oso carmesí, mis planes fueron interrumpidos por dos cosas, la primera fue que olvidé que una vagabunda estaba alojada en mi casa, y la segunda, un estupido sobre que aún seguía sellado estaba en mi bolsillo. |
2024.04.28 18:12 MobileNet1036 Olha um cachorro boniti- caraio é uma pedra
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2024.04.27 13:50 DigDin_021 Hm
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2024.04.26 17:24 IMASolitaryMan é ofensivo chamar mulher negra de morena, vey
2024.04.26 14:40 Character_Active6726 24 e 25 de Abril de 1974 de 2024
2024.04.24 04:55 Cafecompao2010 ela gosta de outro
2024.04.23 07:58 kemelpinto666 minha prima me comeu e olha noq deu
2024.04.23 07:43 kemelpinto666 minha prima me comeu e olha noq deu
2024.04.20 19:29 KaiNightStorm 😡Bater m4sturbbacción na casa de outras pessoas deveria ser crime? - Relato; A corrupção do amor natural; E MamãeFalei🇺🇦👺
2024.04.19 02:57 glamrock-bonnie2 Eu vi coisas que não queria ter visto