En camino de regreso al Limbo varias personas nos reconocieron, algunos aplaudieron y otros nos felicitaron por nuestro desempeño en el combate. La mayoría solo querían saludar a Dago pero hubo algunos que me felicitaban exclusivamente a mi y me preguntaban que método había tomado para despedazar los cuerpos de ese modo, no lo había notado pero era muy fácil deducir que esa "obra definitiva de la expresión humana", o al menos así lo llamaban ellos, fue echa por mis manos ya que tenía una gruesa costra de sangre en mis manos, zapatos y pantalón de un solo color uniforme asta las rodillas. Me sentí asqueado de lo que a esas personas les parecía maravilloso. Pronto llegamos al elevador que nos devolvió al Limbo, allí el mayordomo nos recibió de nuevo. —Buenas noches caballeros— Jugaba con sus manos mientras hablaba —¿Como a sido su experiencia en estos días?. —De la mierda, gracias por... disculpa... ¿Dijiste días?— No podía creerlo, es cierto que no tuve noción del tiempo pero no creí que hubiera sido tanto. —Seis días para ser exactos caballeros, se que el tiempo vuela allí abajo— Su sonrisa comenzaba a fastidiarme —Ustedes salieron más rápido de lo usual. —Oye Moe— Dago me paso el brazo sobre los hombros y comenzó a susurrarme —Llevamos una semana aquí, no puedo perder más tiempo dame tu sobre y me largo de aquí— Saco otro sobre de su bolsillo trasero —Es tu paga, tómala y dame tu sobre. —Sabes... estás metido en algo muy interesante— Estuve a punto de tomar su sobre —Creo que me quedaré en el negoció, después de todo ya se demasiado y tendrías que eliminarme, ¿No es así?. —Jajaja, chico listo— Aguardo su sobre —No tardes demasiado, iré a ver a Sebastian, no se como va a reaccionar...— Lucia muy preocupado —No pierdas el tiempo y averigua dónde está ese sujeto, iré a buscarte a tu casa después para terminar el trabajo, cuídate amigo. Dago se fue y al mismo tiempo tomé el elevador con el letrero neón de Lujuria. Me sentía muy extraño al estar solo en un lugar tan extraño, en el primer elevador había sido secuestrado así que no sabía que esperar del segundo. Cuando se abrió la puerta me mostró una gran habitación obscura iluminada únicamente por luz de láser y luces estroboscopicas. No había entrado a muchos antros antes pero estaba seguro que estaba en uno, una mujer que vestía un traje excesivamente sexualizado de mucama se acercó a mi, me tomo de la mano y me llevo asta una mesa solitaria, me dejó allí y pronto volvió con una bandeja de plata con una botella de alcohol que jamás había visto y una cuántas pequeñas dosis de drogas, abrí la botella y bebí un poco, era un vodka muy fuerte y de buen sabor, le dije que Dorei había preparado una habitación para mi, hizo una mueca de desagrado y me pidió que la siguiera. El lugar era un asco, en un primer vistazo pensé que las personas bailaban en ese sitio pero después de verlos detenidamente la mayoría de las personas allí presentes estaban participando en algo similar a sexo grupal, pero algo en ello no estaba bien, no sabría decir que era pero sentía que algo estaba muy mal en todo este lugar. Salimos del sitio atravesando una puerta que llevaba a un largo y obscuro pasillo con los muros maltratados, me llevo asta una puerta grande de acero y me pidió la botella de regreso, me dijo que ahí dentro no la necesitaría, abrió la puerta y la cerró justo cuando entre dejándome en total obscuridad. Una luz se encendió a la distancia, era una pequeña vela, me acerqué a ella y la levante tratando de alumbrar un poco el lugar, acerqué la vela a las paredes y estaban echas de madera, alumbrando las paredes me topé con unas extrañas cortinas, que si bien eran totalmente ordinarias, se suponía que estaba bajo tierra, ¿Qué objeto podrían tener las cortinas en este lugar?, las aparte y vi lo que se suponía debía de ver, una ventana. Supuse que sería una simple ilusión lo que veía a través de ella, las abrí y saqué la mano, pude sentir el aire congelado tan característico de las nevadas montañas de Axe town, me precipité hacia atrás por la sorpresa de lo que acababa de ver, me tropecé con lo que supuse era una silla y caí sentado en una cama. Ya había alguien en ella. —Cariño volviste— Era una voz femenina —¿Porqué tardaste tanto?— Me sujeto por la cintura con una mano y pasó la otra sobre mis hombros asta alcanzar mi pecho. Un candelabro en el techo se encendió iluminando toda la habitación. —¡Apártate!— Me la quite de encima y me levante de un salto de la cama. Ella tenía puesta una piel de oso a modo de capa con la parte de la cabeza aun intacta a modo de capucha, apenas podía verle el mentón. —Linda, no tengo tiempo para esto, solo vine aquí para hacerte unas preguntas. —Siempre ame esa rutina tuya del policía bueno— Se levantó y camino lentamente hacia mi —Por favor vuelve a la cama conmigo— Levantó su mano para alcanzarme pero di un paso atrás antes, algo en ella me era muy familiar —Cariño, por favor, te extraño, solo... acuéstate conmigo— Abrió su capa por un momento mostrándome su cuerpo desnudo, tenía una hermosa piel morena, la tomé del brazo con fuerza y le quite la capucha. —¿Qué mierda?... Arti... ¿Qué carajos estás haciendo en este lugar?— No podía dar crédito a lo que veía —¿Quién te hizo eso?— Señalé un moretón en su mejilla, la seguí observando y noté mas marcas en su cuello, eran dedos, estaba casi seguro que la estuvieron estrangulando, le quite la capa y pude ver que su cuerpo entero estaba lleno de moretones, varios nuevos y muchos viejos. —¿No era esto lo que querías?— Intento besarme y la empujé de regreso a la cama. La habitación se sacudió y por un segundo todo se distorsionó. —¿Que acaba de pasar?— La habitación comenzó a temblar de nuevo y todas las cosas comenzaron a convertirse en pequeños triángulos rojos dejándome de nuevo en una completa obscuridad, Arti se desvaneció junto con la habitación. No tomo mucho tiempo cuando los triángulos volvieron a darle una nueva forma al lugar, reconocí de inmediato el parque Sunshine y seguía siendo de madrugada. En una banca estaba una vela encendida, me acerqué a ella y la apagué. Me senté en la banca y a lo lejos pude ver a alguien caminando hacia mi, me parecía muy familiar aunque no podía reconocerla, al verla más de cerca descubrí que no era nadie importante para mí en realidad, se sentó en la banca junto a mi y me dirigió una sonrisa juguetona. —¿Ahora si aceptaras que te gusto?— Intento besarme y la detuve posando mi mano en su cuello. El lugar volvió a sacudirse y los triángulos se mostraron por un segundo pero esta vez no destruyeron la habitación. —¡¿Qué te sucede?! ¿Acaso eres gey?— Me reclamó muy exaltada. —¡¿Qué ?! ¡No!, carajo. —¿Entonces porque no te lanzas sobre mi?— Sus ojos comenzaban a humedecerse —Mi única función es seducir a los invitados y no puedo hacerlo contigo y el echo de reconstruir toda la habitación y mi cuerpo consume demasiada energía como para que un idiota como tú lo desperdicie. —¿Tu hiciste esto?, entonces... ¿También usas un milagro?— Los fenómenos parecían estar por todos lados. —¿Milagro? No tengo idea de que me hablas — se levantó y dio un pequeño giro quedando frente a mi— Yo soy Súcubo, soy una inteligencia artificial diseñada para leer los recuerdos de los clientes y crear escenarios perfectos para ellos basándome en sus fantasías. —¿Inteligencia artificial? ¿Eres algo así como una computadora?— Si bien no era otro fenómeno sin duda era algo inusual. —Soy más como un programa— Se veía contenta de poder tener una conversación. —Si no eres una persona entonces no necesitamos ningún tipo de formalidad, te are unas preguntas y espero toda tu cooperación. —¡Jajajaja!, ¿Enserio crees que sería así de fácil ? Vamos se un poco más creativo. —¿A que te refieres?— Asta ese punto deje de creer que todo sería fácil. —La verdad es que yo no puedo herirte, por eso no debes preocuparte, imagino que eso ya lo sabías— Me dirigió una sonrisa muy inquietante —Aquí en el infierno existen varios niveles, mi madre se hace cargo de todos los niveles, pero sus favoritos siempre han sido lujuria y gula, quizá no quieras cooperar con migo aquí en lujuria pero si quieres algo de información más te vale cooperar en gula— Puso su mano en mi entrepierna. —¿Y qué se supone que are por ti en gula?— Supuse que era otro de los elevadores y tendría que trasladarme de nuevo. —Descuida guapo, solo debes darme un buen espectáculo, algo que podamos poner en pantalla para el deleite de nuestros clientes, algo así como un video de introducción de lo que les espera en esa habitación— Chasqueo los dedos y la habitación se desarmo de nuevo dejándome una vez más en total obscuridad. Una fuerte luz que provenía del techo me iluminó, una segunda luz apareció iluminando una mesa larga sobre la que estaba una mujer atada totalmente inmovilizada, una tercer luz iluminó otra pequeña área a dos metros de la mesa, allí estaban dos hienas encadenadas. —Toma asiento por favor— La voz provenía de la nada y los triángulos salieron de la obscuridad creando una silla frente a la mesa. Hice lo que me pidió y no fue asta ese momento que pude ver a Lupe, mi mesera en Donn Coffe's, atada justo frente a mi. —Ahora por favor toma los cubiertos— Los triángulos crearon un cuchillo y un tenedor junto a un plato, no me gustaba para nada el rumbo que empezaba a tomar la situación —Ahora as algunos cortes en esa bellísima carne, uno para cada uno de tus invitados y otro para ti, recuerda que los tres deben comer asta quedar satisfechos. —¿Supones que también yo coma carne cruda ?— Traté de zafarme de esa situación. —Supongo que tienes razón. Por un segundo creí que había funcionado asta que los triángulos volvieron para crear un pequeño asador listo para cocinar y junto a mi una botella del buen vodka que me habían ofrecido antes junto a una elegante copa de cristal de cuello alto, podía leer en la etiqueta de la botella "Oso Carmesí" —Ahora que está todo listo, por favor comienza. Quería mis respuestas, mi cabeza dependía de ello, si no encontrábamos a William ese pastor y los lobos nos cazarían y sin duda alguna no viviríamos para contar lo sucedido, tenía que hacerlo, después de todo solo era una ilusión creada por una computadora, no importaba cuanto se pareciera a mi mesera favorita sin duda solo era una ilusión. Realice el primer corte. Los primeros dos pedazos salieron de sus muslos y los lance rápido a las hienas que ya aullaban y reían de desesperación. El corte que yo debía de comer lo corte de su glúteo, a pesar de tener claro en mi cabeza que solo era una ilusión el tacto del acero con la carne era demasiado grotesco y la sangre que borboteaba no lo hacía más fácil. Una idea llegó a mi mente, el segundo corte para las hienas fue una pantorrilla entera para cada una y planeé algo más pequeño para mí cortando sus labios mayores. Esa ilusión aullaba y se retorcía de dolor mientras daba cada corte y la sangre no dejaba de correr. El tercer corte también fue grande, un pecho para cada hiena, Lupe vomito mientras los cercenaba, arranque ambos pezones y los puse en el asador. Para ese punto Lupe ya no se retorcía y los primeros dos cortes ya estaban bien cocinados, los puse en el plato y me serví un poco de vodka, no lo noté la primera vez pero el color era muy similar al de la sangre que brotaba del cuerpo mutilado, di un trago y tenía un sabor increíble, bebí un poco más para coger valor, aun sabiendo que era una ilusión no volvía más fácil tener que comer lo que fuera eso, probé con bastante temor uno de los labios, el sabor era demasiado dulce y en conjunto con el vodka el sabor se volvía muy adictivo. Rápidamente le perdí el asco y para cuando me di cuenta estaba devorando al mismo ritmo que las hienas, termine de comer más rápido de lo que creía y tomé ambos pezones que seguían un poco crudos, los puse en mi boca y los masqué como si fuesen chicles. —Súcubo, se que no debería pedirte nada más, ¿Pero no te importaría darme un cigarro?— Los triángulos formaron un cigarro justo entre mis dedos y un chispazo surgió de la nada encendiéndolo, di una larga calada al cigarro, era tabaco puro y me causó una fuerte tos, di una segunda calada mucho más leve y saboree el sabor del tabaco empapado del dulce sabor de la carne de los pezones crudos, tragué el humo con un último trago de vodka. —¡¿Quieres un espectáculo?!— Ya estaba demasiado ebrio. Tomé el cuchillo y raje toda él área abdominal, Lupe soltó un espantoso alarido, tomé sus intestinos y di un solo tirón con todas mis fuerzas para arrancarlas, las lancé a las hienas que comenzaron a pelear por ellas, el cuerpo comenzó a convulsionarse y justo antes de que su último respiro saliera de ese maltratado cuerpo lo bese metiendo ambos pezones en su boca, en el proceso me lleve varias mordidas en los labios y una última con mucha fuerza en la lengua que me causó un fuerte sangrado. —Bravo Señor Moe, no se que clase de preguntas tengas para mi pero sin duda alguna son muy importantes para haberme regalado ese gran espectáculo— Había vuelto a tomar forma física, lucia muy contenta, conservaba el aspecto de la pelirroja. —No ed nada— Mi lengua dolía mucho —Eda dolo una iludion ¿no?. —Perdona, déjame arreglar eso— los triángulos volvieron y se metieron en mi boca sentí un ligero ardor y después todo el dolor desapareció. —Bien... no se que carajos seas pero gracias— El momento había llegado, tenía una oportunidad para averiguar todo lo que fuera posible —¿Dónde puedo encontrar a William?. —¿A quién?— Súcubo fingió demencia. —No trates de confundirme— Sin duda era lista —Acabas de decirme que puedes ver en mis recuerdos, se perfectamente que sabes de quien te hablo aunque yo no tenga idea de quien sea el, seré alcoholico pero no estupido— La habitación se sacudió un poco pero no sucedió ningún cambio. —Creí que el alcohol te abría afectado... está bien tu cumpliste así que te debo lo mismo— Me lanzo una sonrisa que me revolvió el estómago por algún motivo. —William es uno de nuestros mejores clientes— Hablaba mientras se quitaba la ropa con la misma tranquilidad que lo aria cualquier persona en su baño —El viene cada fin de semana sin falta y gasta una muy buena cantidad de efectivo con migo, aunque... este fin de semana no se presentó... pero imagino que habrá tenido algún problema, eso o al fin encontró lo que buscaba. —¿Y me dirás que es lo que él buscaba?— Continúe interrogándola. —No quisiera pero que más da...— Me dijo preocupada —¿Qué es lo que aras con él?— Me arqueó las cejas en un raro intento de lucir intimidante. —Solo le daré un mensaje no te preocupes— Me daba cuenta de lo mal que mentía. —Quisiera creerte— Esa frase fue casi un susurro y pude notar una gran tristeza en su rostro —Siempre que viene a verme me pide que lo lleve al mismo lugar. Es una pequeña cabaña abandonada al otro lado del rio de Axe town, allí lo encontrarás. La habitación se desvaneció de nuevo dejándome en la obscuridad, la pesada puerta de acero se abrió y la mucama me ayudó a salir del lugar. 

En camino de regreso al Limbo varias personas nos reconocieron, algunos aplaudieron y otros nos felicitaron por nuestro desempeño en el combate. La mayoría solo querían saludar a Dago pero hubo algunos que me felicitaban exclusivamente a mi y me preguntaban que método había tomado para despedazar los cuerpos de ese modo, no lo había notado pero era muy fácil deducir que esa "obra definitiva de la expresión humana", o al menos así lo llamaban ellos, fue echa por mis manos ya que tenía una gruesa costra de sangre en mis manos, zapatos y pantalón de un solo color uniforme asta las rodillas. Me sentí asqueado de lo que a esas personas les parecía maravilloso. Pronto llegamos al elevador que nos devolvió al Limbo, allí el mayordomo nos recibió de nuevo. —Buenas noches caballeros— Jugaba con sus manos mientras hablaba —¿Como a sido su experiencia en estos días?. —De la mierda, gracias por... disculpa... ¿Dijiste días?— No podía creerlo, es cierto que no tuve noción del tiempo pero no creí que hubiera sido tanto. —Seis días para ser exactos caballeros, se que el tiempo vuela allí abajo— Su sonrisa comenzaba a fastidiarme —Ustedes salieron más rápido de lo usual. —Oye Moe— Dago me paso el brazo sobre los hombros y comenzó a susurrarme —Llevamos una semana aquí, no puedo perder más tiempo dame tu sobre y me largo de aquí— Saco otro sobre de su bolsillo trasero —Es tu paga, tómala y dame tu sobre. —Sabes... estás metido en algo muy interesante— Estuve a punto de tomar su sobre —Creo que me quedaré en el negoció, después de todo ya se demasiado y tendrías que eliminarme, ¿No es así?. —Jajaja, chico listo— Aguardo su sobre —No tardes demasiado, iré a ver a Sebastian, no se como va a reaccionar...— Lucia muy preocupado —No pierdas el tiempo y averigua dónde está ese sujeto, iré a buscarte a tu casa después para terminar el trabajo, cuídate amigo. Dago se fue y al mismo tiempo tomé el elevador con el letrero neón de Lujuria. Me sentía muy extraño al estar solo en un lugar tan extraño, en el primer elevador había sido secuestrado así que no sabía que esperar del segundo. Cuando se abrió la puerta me mostró una gran habitación obscura iluminada únicamente por luz de láser y luces estroboscopicas. No había entrado a muchos antros antes pero estaba seguro que estaba en uno, una mujer que vestía un traje excesivamente sexualizado de mucama se acercó a mi, me tomo de la mano y me llevo asta una mesa solitaria, me dejó allí y pronto volvió con una bandeja de plata con una botella de alcohol que jamás había visto y una cuántas pequeñas dosis de drogas, abrí la botella y bebí un poco, era un vodka muy fuerte y de buen sabor, le dije que Dorei había preparado una habitación para mi, hizo una mueca de desagrado y me pidió que la siguiera. El lugar era un asco, en un primer vistazo pensé que las personas bailaban en ese sitio pero después de verlos detenidamente la mayoría de las personas allí presentes estaban participando en algo similar a sexo grupal, pero algo en ello no estaba bien, no sabría decir que era pero sentía que algo estaba muy mal en todo este lugar. Salimos del sitio atravesando una puerta que llevaba a un largo y obscuro pasillo con los muros maltratados, me llevo asta una puerta grande de acero y me pidió la botella de regreso, me dijo que ahí dentro no la necesitaría, abrió la puerta y la cerró justo cuando entre dejándome en total obscuridad. Una luz se encendió a la distancia, era una pequeña vela, me acerqué a ella y la levante tratando de alumbrar un poco el lugar, acerqué la vela a las paredes y estaban echas de madera, alumbrando las paredes me topé con unas extrañas cortinas, que si bien eran totalmente ordinarias, se suponía que estaba bajo tierra, ¿Qué objeto podrían tener las cortinas en este lugar?, las aparte y vi lo que se suponía debía de ver, una ventana. Supuse que sería una simple ilusión lo que veía a través de ella, las abrí y saqué la mano, pude sentir el aire congelado tan característico de las nevadas montañas de Axe town, me precipité hacia atrás por la sorpresa de lo que acababa de ver, me tropecé con lo que supuse era una silla y caí sentado en una cama. Ya había alguien en ella. —Cariño volviste— Era una voz femenina —¿Porqué tardaste tanto?— Me sujeto por la cintura con una mano y pasó la otra sobre mis hombros asta alcanzar mi pecho. Un candelabro en el techo se encendió iluminando toda la habitación. —¡Apártate!— Me la quite de encima y me levante de un salto de la cama. Ella tenía puesta una piel de oso a modo de capa con la parte de la cabeza aun intacta a modo de capucha, apenas podía verle el mentón. —Linda, no tengo tiempo para esto, solo vine aquí para hacerte unas preguntas. —Siempre ame esa rutina tuya del policía bueno— Se levantó y camino lentamente hacia mi —Por favor vuelve a la cama conmigo— Levantó su mano para alcanzarme pero di un paso atrás antes, algo en ella me era muy familiar —Cariño, por favor, te extraño, solo... acuéstate conmigo— Abrió su capa por un momento mostrándome su cuerpo desnudo, tenía una hermosa piel morena, la tomé del brazo con fuerza y le quite la capucha. —¿Qué mierda?... Arti... ¿Qué carajos estás haciendo en este lugar?— No podía dar crédito a lo que veía —¿Quién te hizo eso?— Señalé un moretón en su mejilla, la seguí observando y noté mas marcas en su cuello, eran dedos, estaba casi seguro que la estuvieron estrangulando, le quite la capa y pude ver que su cuerpo entero estaba lleno de moretones, varios nuevos y muchos viejos. —¿No era esto lo que querías?— Intento besarme y la empujé de regreso a la cama. La habitación se sacudió y por un segundo todo se distorsionó. —¿Que acaba de pasar?— La habitación comenzó a temblar de nuevo y todas las cosas comenzaron a convertirse en pequeños triángulos rojos dejándome de nuevo en una completa obscuridad, Arti se desvaneció junto con la habitación. No tomo mucho tiempo cuando los triángulos volvieron a darle una nueva forma al lugar, reconocí de inmediato el parque Sunshine y seguía siendo de madrugada. En una banca estaba una vela encendida, me acerqué a ella y la apagué. Me senté en la banca y a lo lejos pude ver a alguien caminando hacia mi, me parecía muy familiar aunque no podía reconocerla, al verla más de cerca descubrí que no era nadie importante para mí en realidad, se sentó en la banca junto a mi y me dirigió una sonrisa juguetona. —¿Ahora si aceptaras que te gusto?— Intento besarme y la detuve posando mi mano en su cuello. El lugar volvió a sacudirse y los triángulos se mostraron por un segundo pero esta vez no destruyeron la habitación. —¡¿Qué te sucede?! ¿Acaso eres gey?— Me reclamó muy exaltada. —¡¿Qué ?! ¡No!, carajo. —¿Entonces porque no te lanzas sobre mi?— Sus ojos comenzaban a humedecerse —Mi única función es seducir a los invitados y no puedo hacerlo contigo y el echo de reconstruir toda la habitación y mi cuerpo consume demasiada energía como para que un idiota como tú lo desperdicie. —¿Tu hiciste esto?, entonces... ¿También usas un milagro?— Los fenómenos parecían estar por todos lados. —¿Milagro? No tengo idea de que me hablas — se levantó y dio un pequeño giro quedando frente a mi— Yo soy Súcubo, soy una inteligencia artificial diseñada para leer los recuerdos de los clientes y crear escenarios perfectos para ellos basándome en sus fantasías. —¿Inteligencia artificial? ¿Eres algo así como una computadora?— Si bien no era otro fenómeno sin duda era algo inusual. —Soy más como un programa— Se veía contenta de poder tener una conversación. —Si no eres una persona entonces no necesitamos ningún tipo de formalidad, te are unas preguntas y espero toda tu cooperación. —¡Jajajaja!, ¿Enserio crees que sería así de fácil ? Vamos se un poco más creativo. —¿A que te refieres?— Asta ese punto deje de creer que todo sería fácil. —La verdad es que yo no puedo herirte, por eso no debes preocuparte, imagino que eso ya lo sabías— Me dirigió una sonrisa muy inquietante —Aquí en el infierno existen varios niveles, mi madre se hace cargo de todos los niveles, pero sus favoritos siempre han sido lujuria y gula, quizá no quieras cooperar con migo aquí en lujuria pero si quieres algo de información más te vale cooperar en gula— Puso su mano en mi entrepierna. —¿Y qué se supone que are por ti en gula?— Supuse que era otro de los elevadores y tendría que trasladarme de nuevo. —Descuida guapo, solo debes darme un buen espectáculo, algo que podamos poner en pantalla para el deleite de nuestros clientes, algo así como un video de introducción de lo que les espera en esa habitación— Chasqueo los dedos y la habitación se desarmo de nuevo dejándome una vez más en total obscuridad. Una fuerte luz que provenía del techo me iluminó, una segunda luz apareció iluminando una mesa larga sobre la que estaba una mujer atada totalmente inmovilizada, una tercer luz iluminó otra pequeña área a dos metros de la mesa, allí estaban dos hienas encadenadas. —Toma asiento por favor— La voz provenía de la nada y los triángulos salieron de la obscuridad creando una silla frente a la mesa. Hice lo que me pidió y no fue asta ese momento que pude ver a Lupe, mi mesera en Donn Coffe's, atada justo frente a mi. —Ahora por favor toma los cubiertos— Los triángulos crearon un cuchillo y un tenedor junto a un plato, no me gustaba para nada el rumbo que empezaba a tomar la situación —Ahora as algunos cortes en esa bellísima carne, uno para cada uno de tus invitados y otro para ti, recuerda que los tres deben comer asta quedar satisfechos. —¿Supones que también yo coma carne cruda ?— Traté de zafarme de esa situación. —Supongo que tienes razón. Por un segundo creí que había funcionado asta que los triángulos volvieron para crear un pequeño asador listo para cocinar y junto a mi una botella del buen vodka que me habían ofrecido antes junto a una elegante copa de cristal de cuello alto, podía leer en la etiqueta de la botella "Oso Carmesí" —Ahora que está todo listo, por favor comienza. Quería mis respuestas, mi cabeza dependía de ello, si no encontrábamos a William ese pastor y los lobos nos cazarían y sin duda alguna no viviríamos para contar lo sucedido, tenía que hacerlo, después de todo solo era una ilusión creada por una computadora, no importaba cuanto se pareciera a mi mesera favorita sin duda solo era una ilusión. Realice el primer corte. Los primeros dos pedazos salieron de sus muslos y los lance rápido a las hienas que ya aullaban y reían de desesperación. El corte que yo debía de comer lo corte de su glúteo, a pesar de tener claro en mi cabeza que solo era una ilusión el tacto del acero con la carne era demasiado grotesco y la sangre que borboteaba no lo hacía más fácil. Una idea llegó a mi mente, el segundo corte para las hienas fue una pantorrilla entera para cada una y planeé algo más pequeño para mí cortando sus labios mayores. Esa ilusión aullaba y se retorcía de dolor mientras daba cada corte y la sangre no dejaba de correr. El tercer corte también fue grande, un pecho para cada hiena, Lupe vomito mientras los cercenaba, arranque ambos pezones y los puse en el asador. Para ese punto Lupe ya no se retorcía y los primeros dos cortes ya estaban bien cocinados, los puse en el plato y me serví un poco de vodka, no lo noté la primera vez pero el color era muy similar al de la sangre que brotaba del cuerpo mutilado, di un trago y tenía un sabor increíble, bebí un poco más para coger valor, aun sabiendo que era una ilusión no volvía más fácil tener que comer lo que fuera eso, probé con bastante temor uno de los labios, el sabor era demasiado dulce y en conjunto con el vodka el sabor se volvía muy adictivo. Rápidamente le perdí el asco y para cuando me di cuenta estaba devorando al mismo ritmo que las hienas, termine de comer más rápido de lo que creía y tomé ambos pezones que seguían un poco crudos, los puse en mi boca y los masqué como si fuesen chicles. —Súcubo, se que no debería pedirte nada más, ¿Pero no te importaría darme un cigarro?— Los triángulos formaron un cigarro justo entre mis dedos y un chispazo surgió de la nada encendiéndolo, di una larga calada al cigarro, era tabaco puro y me causó una fuerte tos, di una segunda calada mucho más leve y saboree el sabor del tabaco empapado del dulce sabor de la carne de los pezones crudos, tragué el humo con un último trago de vodka. —¡¿Quieres un espectáculo?!— Ya estaba demasiado ebrio. Tomé el cuchillo y raje toda él área abdominal, Lupe soltó un espantoso alarido, tomé sus intestinos y di un solo tirón con todas mis fuerzas para arrancarlas, las lancé a las hienas que comenzaron a pelear por ellas, el cuerpo comenzó a convulsionarse y justo antes de que su último respiro saliera de ese maltratado cuerpo lo bese metiendo ambos pezones en su boca, en el proceso me lleve varias mordidas en los labios y una última con mucha fuerza en la lengua que me causó un fuerte sangrado. —Bravo Señor Moe, no se que clase de preguntas tengas para mi pero sin duda alguna son muy importantes para haberme regalado ese gran espectáculo— Había vuelto a tomar forma física, lucia muy contenta, conservaba el aspecto de la pelirroja. —No ed nada— Mi lengua dolía mucho —Eda dolo una iludion ¿no?. —Perdona, déjame arreglar eso— los triángulos volvieron y se metieron en mi boca sentí un ligero ardor y después todo el dolor desapareció. —Bien... no se que carajos seas pero gracias— El momento había llegado, tenía una oportunidad para averiguar todo lo que fuera posible —¿Dónde puedo encontrar a William?. —¿A quién?— Súcubo fingió demencia. —No trates de confundirme— Sin duda era lista —Acabas de decirme que puedes ver en mis recuerdos, se perfectamente que sabes de quien te hablo aunque yo no tenga idea de quien sea el, seré alcoholico pero no estupido— La habitación se sacudió un poco pero no sucedió ningún cambio. —Creí que el alcohol te abría afectado... está bien tu cumpliste así que te debo lo mismo— Me lanzo una sonrisa que me revolvió el estómago por algún motivo. —William es uno de nuestros mejores clientes— Hablaba mientras se quitaba la ropa con la misma tranquilidad que lo aria cualquier persona en su baño —El viene cada fin de semana sin falta y gasta una muy buena cantidad de efectivo con migo, aunque... este fin de semana no se presentó... pero imagino que habrá tenido algún problema, eso o al fin encontró lo que buscaba. —¿Y me dirás que es lo que él buscaba?— Continúe interrogándola. —No quisiera pero que más da...— Me dijo preocupada —¿Qué es lo que aras con él?— Me arqueó las cejas en un raro intento de lucir intimidante. —Solo le daré un mensaje no te preocupes— Me daba cuenta de lo mal que mentía. —Quisiera creerte— Esa frase fue casi un susurro y pude notar una gran tristeza en su rostro —Siempre que viene a verme me pide que lo lleve al mismo lugar. Es una pequeña cabaña abandonada al otro lado del rio de Axe town, allí lo encontrarás. La habitación se desvaneció de nuevo dejándome en la obscuridad, la pesada puerta de acero se abrió y la mucama me ayudó a salir del lugar.